Autora: Cristina Di Bennardis (De Bernardi), Cátedra Historia de Asia y África I, Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural (CEDCU), Consejo de Investigaciones, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario.

cdibennardis@gmail.com, cdebernardi@arnet.com.ar

 

Ponencia: Ampliación de fronteras etnopolíticas: la acción de la dinastía sargónida (ca.2340-2150 a.C.), fuentes e interpretaciones

 

La dinastía sargónida, y en particular algunos de sus gobernantes como Sargón (2340-2284 a.C.) y Naram Sin (2260-2223 a.C.), dejaron una huella profunda en la realidad que transformaron y en el imaginario que surgió de ella. Tan significativo fue su accionar que quedaron como el paradigma de las primeras construcciones imperiales, tanto en su época, cuanto en la historiografía hasta nuestros días [1] .

Un elemento que se destaca tanto en la consideración de sus contemporáneos como en la actual, es el vigor de su expansión territorial: la cuestión de la ampliación de las fronteras de Kalam y Uri, de Sumer y Acad, que avanzó desde su ámbito natural en la llanura aluvial de los ríos Éufrates y Tigris, hacia zonas montañosas del norte, este y oeste, potenciando incluso su influencia en zonas marítimas costeras.

En este trabajo se intentará analizar algunas de las fuentes textuales e iconográficas que dan cuenta de este proceso, a la vez que discutir el valor heurístico de los conceptos de espacio, frontera, identidad etnopolítica, a fin de ponderar su capacidad de interpretación de los procesos sociales del período aludido.

                                                         

Contexto socio-histórico

Para centrar el análisis en la dinastía de Sargón, conviene hacer una breve reseña del proceso que condujo a su protagonismo: el centro originario de desenvolvimiento del grupo etnolingüístico acadio, en relación de convivencia con los sumerios es la llanura de Mesopotamia, donde se desarrolla una sociedad agraria con urbanización. Esto incluye ciudades que concentran el poder político sobre aldeas mayores y menores, tierras de cultivo, de pastos, pantanos y estepa. Esta especial forma de organización y aprovechamiento de los nichos ecológicos, que se habría desencadenado a mediados del cuarto milenio con el surgimiento de las primeras ciudades (la denominada fase Uruk, o urbanización temprana [ca. 3500-3000 a.C.]) dio lugar a relaciones diversas entre distintos núcleos poblacionales [2] . Luego del hiatus del protodinático I (ca. 2900-2800 a.C.) -aún sin explicación satisfactoria- aparecen evidencias de un nuevo proceso de urbanización, el denominado Protodinástico II, que conducirá, a su vez, al surgimiento del estado en su forma de ciudades-estado [3] , proceso íntimamente ligado a las condiciones ecológicas y sociales que sólo posibilitan controlar espacios limitados, en los que se han desarrollado los sistemas de riego, los ríos y canales como vías de comunicación y transporte; y la capacidad de efectivizar la circulación y el almacenamiento.

 Dejando de lado irresueltas discusiones acerca del origen y arribada de sumerios y acadios, todo indica que habrían estado presentes en la llanura mesopotámica de modo casi simultáneo en el último cuarto del IV milenio según lo que puede deducirse a partir de la aparición de la escritura, ya que si bien la escritura cuneiforme en primer término transcribe el sumerio, cuando el registro escrito se hace más complejo pueden verificarse los préstamos lingüísticos entre ambas lenguas, lo que induce a pensar en una  temprana permeabilidad de las fronteras etnolingüísticas. Al tomar este concepto de Fredrick Barth [4] es  necesario señalar que se trata de fronteras socio-culturales, que permiten y estandarizan la convivencia sin que se pierdan las identidades étnicas originales. La onomástica ha permitido reconstruir que el espacio estaba dividido en una zona de predominio lingüístico sumerio (desde el golfo arábigo-pérsico hasta la altura de la ciudad de Kish) y otra de predominio acadio (de Kish hacia el norte donde la frontera lingüística se hace difusa a partir de la presencia de la lengua subarea) [5] . De todos modos, en este período se puede afirmar que las identidades étnicas son laxas ya que la adscripción a las ciudades provee pertenencias más concretas y vitales [6] .

Paulatinamente se irá entrando en un segundo momento, en que la concentración del poder y la riqueza comienzan, en las condiciones de la época, a sufrir la penuria de tierras y fuerza de trabajo que limita un aumento sostenido de la riqueza, a la que una sociedad jerarquizada no está dispuesta a renunciar. La respuesta es ampliar el espacio de dominación, incorporando (o intentando incorporar) a un único centro nuevas tierras y hombres (productores y reproductores), redireccionando el flujo de excedentes, desde los distintos centros de poderes locales, hacia un centro hegemónico. Esto conducirá a la guerra entre ciudades-estado, que compiten por recursos, lo que genera una tendencia a la construcción de identidades políticas más abarcativas. Esta situación pondrá en tensión, como se verá, las fronteras étnicas hasta entonces permeables.

 

Nuevas fronteras: Kalam y kur, "el País" y  la periferia. Dinámica de los procesos político-identitarios.

El ámbito que se reorganiza en primer término es el de la llanura irrigada, donde, entre otras cosas, es necesario ordenar regionalmente el sistema de aprovechamiento hídrico que garantiza la productividad [7] . Por ende, cada ciudad ya no será extraña respecto de las otras (situación que acompaña el período de lo que se ha denominado identidades étnicas laxas), sino que se reconocerá un centro - un país interior-  y una periferia que está fuera de sus fronteras. La periferia será proveedora de bienes suntuarios: madera, cobre, plata, piedras semipreciosas y cautivos [8] . Esos bienes suntuarios, de prestigio, simbolizan el carácter de un lado exótico y de otro subordinado, que se le asigna “al resto del mundo”, respecto del centro étnico, geográfico y cósmico, proyectado en el gobernante, su palacio, el templo y su dios [9] .

Para hablar de centro y periferia se debe partir de la constitución de un centro, es decir de un ámbito institucional y geográfico que con-centra, cuestiones materiales y simbólicas, recibiendo tributos, almacenando riquezas, acumulando población, preservando los registros, monopolizando el conocimiento, generando decisiones que organizan y articulan la propia centralidad (“la tierra”, “el país”) y estableciendo relaciones intrusivas y defensivas hacia la periferia que queda más allá.

Para analizar estas relaciones es necesario tener en cuenta que se requiere en las sociedades en cuestión, de un prolongado proceso de complejización social, con su correlato  de centralidad política y la apropiación del espacio y los hombres que esto conlleva. Por lo tanto es necesario establecer la particular combinación de rasgos territoriales, económicos, políticos, identitarios, en suma, organizacionales, que haga posible visualizar desde el hoy, pero también desde la propia percepción de aquellos seres humanos, la dinámica de relación que define a centro y periferia como imposición-subordinación, inclusión-exclusión y las resistencias y alternancias a estas situaciones, incluyendo diferentes formas de relación y negociación que hacen inestables y porosas las fronteras entre ambos polos de la ecuación [10] . Esa connotación de ambigüedad, de imprecisión de las fronteras, caracteriza la dinámica de la relación y establece un concepto muy lejano al actual de frontera-límite demarcado cartográficamente. Aquí se trata más bien de hasta dónde puede llegar el brazo del poder, ya sea en forma directa, efectivizando las levas o tributos, o de modo persuasivo, a través de la penetración de la ideología real y la religión asociada a ella, o también por la circulación de bienes y personas [11] .

 En síntesis, se piensa la relación centro-periferia y sus fronteras demarcatorias como una forma de organización social del espacio [12] , que expresa, en el marco de complejas relaciones entre sociedad y ambiente, el proceso de expansión del poder. Este análisis requiere poner el acento en las decisiones políticas que genera la fuerza centrípeta del centro, sin que ello implique desconocer las razones estructurales, de recursos y tecno-económicas que objetivamente posibilitan la emergencia de un centro y su correspondiente periferia como relación estructural que incluye a ambas partes [13] .  Es por ello que el tema resulta consistente en conexión con la etapa de dominio acadio, cuando se considera que se alcanzan por primera vez estas condiciones, luego de la breve experiencia del gobernante sumerio Lugalzaggesi de Umma (2350-2325 a.C.) [14] . Interesa en el período tratado destacar la compacidad política, territorial y étnica del centro que, en este caso se alcanzará sobre la base de la coerción político-militar. La dimensión étnica estará caracterizada por el rol protagónico de uno de los grupos etnolingüísticos, sobreponiéndose al proceso de interacción consecuencia de lo que se ha denominado la permeabilidad de la frontera étnica entre sumerios y acadios. No hay indicios en las fuentes de acciones de limpieza étnica sino de doblegar por la fuerza la resistencia de los localismos que hasta ese momento habían caracterizado la vida de las ciudades-estado. Sí hay indicadores del intento del reemplazo de las élites sumerias por funcionarios acadios y la imposición de la lengua acadia como lengua oficial; aunque el bilingüismo sumero-acadio que se observa en los registros es una demostración de la convivencia de ambas poblaciones.

            En el caso del reino sargónida, es válido, tal vez, plantear, como lo ha hecho Michael Mann, de que esta unificación de la llanura e intento de control de los territorios de la periferia, sería un ejemplo de un  "imperio de dominación", pero no entraría en la categoría de "imperios territoriales" [15] , ya que,  el nivel de desarrollo de la infraestructura y logística militar, hacía imposible mantener comunicaciones y control efectivo en un radio mayor de 150 kilómetros. Liverani, suscribe esta opinión cuando plantea: "Al llamar 'imperio' a la formación política de los reyes de Akkad corremos el riesgo de obviar la situación real, si estamos pensando en los imperios territoriales de los períodos posteriores. En el caso de Akkad, la ideología imperial ya es firme y monolítica: el dios Enlil directamente, y los demás dioses indirectamente, 'conceden' al rey de Akkad el dominio sobre todo el mundo hasta sus últimos confines, formado por el mar que lo rodea todo. Lo que permanece fuera de esos dominios es como si no existiera en el plano ideal. Pero la realización del imperio está muy calculada, y plantea sus problemas. No conviene olvidar que nos hallamos ante un intento sin precedentes de someter a control político único un territorio enorme y muy plural en todos los aspectos (lingüístico, político, demográfico, ecológico, etc). ...” [16] . Por tanto, si bien no existe en Mesopotamia una palabra que exprese la idea de imperio, es evidente la aspiración a la universalidad (y ésta resulta clara en la titulación que llevará a los gobernantes a plantearse como "reyes de las cuatro partes", o sea del mundo), y podría hablarse de una vocación imperial, pero, en un primer plano de concreción: la de la relación de dominación-subordinación implicada en el vínculo centro-periferia, con un fuerte contenido ideológico construido desde el mismo poder.

En esta época, más allá de los alardes como el que realiza Sargón cuando pretende  que "Desde el Mar Inferior, los habitantes de Akkad detentaban los gobiernos. Mari y el Elam estaban ante Sargón, el rey del País" [17] , no siempre ni en todos los casos se logra reemplazar a los gobernantes por delegados o administradores, (al punto que el destronado Lugalzagesi volverá al trono de Umma [18] ), ni transformar verdaderamente las anteriores entidades politicas autónomas en provincias, ni regular de modo sistemático la llegada de los tributos.

 

V.1.2. Dinámica étnico-política en la relación centro-periferia.

Ese centro y esa/esas periferia/s tenían pueblos por protagonistas. En un sentido amplio, decir pueblos es decir ethnos, o etnias. En ese contexto surge el problema de cómo pudieron haber afectado estos procesos a las identidades étnicas existentes, ampliándolas, suprimiéndolas, sincretizándolas, en el marco de la dinámica centro-periferia que los recorridos históricos fueron gestando las más de las veces impulsados por la voluntad de los gobernantes de construir espacios políticos cada vez más ambiciosos. El primer paso estratégico, como se apuntara al comenzar este trabajo, fue llevado a cabo por Lugalzagesi, gobernante de Umma, que comienza su campaña derrotando a Uruinimgina de Uruk y asumiendo por tanto, la realeza en esa ciudad.  Dice Lugalzagesi en su inscripción de victoria:

(I 36-II 2) Cuando Enlil, el rey de todos los países, hubo dado a Lugal-zage-si la realeza del País (y) lo hubo justificado respecto de los Países, le hubo colocado todos los países a su servicio (y), del levante al poniente, los hubo sometido a su ley:

 

(II 3-25) Entonces, desde el Mar Inferior, por el Tigris y el Eufrates, hasta el Mar Superior, restituyó los caminos seguros. Del levante al poniente, [E]nlil eliminó el [ter]ror los países vivían en paz, el pueblo irrigaba con gozo; todas las dinastías de Sumer, (y) los principes de todos los países se inclinaban, a Uruk, a su ley principesca.

La primacía de Sumer en la constitución de la llanura como centro, será -desde el punto de vista político- tan fugaz como el gobierno de Lugalzagesi. La Lista Real Sumeria, lacónicamente enumera:

...

En Uruk, Lugal-zage-si fue  rey; el gobernó por 25 años; como rey gobernó 25 años. Luego, Uruk fue derrotada (y) su soberanía pasó a Agadé. En Agadé, Sargón, cuyo padre era jardinero, el copero de Ur-Zubaba, el rey de Agadé, que construyó Agadé, él reinó 56 años.

... [19]

 

En las inscripciones de Sargón no puede dejar de notarse el énfasis puesto en su conquista de las ciudades sumerias, como puede observarse en las dos inscripciones siguientes, donde alardea sobre su dominio simultáneo del país interior y de la periferia:

 

(II 1-28) [Sargón, rey de Akkad, el .. de Inana, el rey de Kiš, el ungido de Anum, el rey del País, el vicario de Enlil, venció a la ciudad de Uruk y destruyó su muralla. [Él desafió) a Uruk en una batalla [e] hizo prisionero a Lugal-zage-si, el rey de Uruk, en el curso de la batalla; lo trajo en una picota  a la puerta de Enlil.

(II 29-63) Sargón, el rey de Akkad, desafió a Ur en una batalla y venció a la ciudad y destruyó su muralla. El venció a E-Nin-kimara y destruyó su muralla y venció al país y a Lagaš hasta el mar. Él lavó sus armas en el mar. [Él desafió] a Umma en una batalla [y venció a la ciudad y destruyo su muralla].

(IV 1-34) [A Sargón], el rey del País, Enlil [no le dio] ri[val]; Enlil le dio [el Mar Superior y el Mar Infe]rior. Desde el Mar Inferior, los citadinos de Akkad detentaban los gobiernos. Mari y el Elam estaban ante Sargón, el rey del País. Sargón, el rey del País, restauró Kiš (y) les (re)cuperó la ciudad.

...

(VI 1-16) Sargón rey de Kiš, ganó 34 batallas; el destruyó las murallas hasta el orilla del mar. Él amarró al muelle de Akkad los barcos de Meluhha, los barcos de Magan (y) los barcos de Tilmun.

(VI 17-35) Sargón, [el rey], se prosternó en ruego

en Tuttul ante Dagān. (Dagān) le dio el país superior: Mari, Yarmuti, Ibla, hasta el Bosque de Cedros y los Montes de Plata.

(VI 36-44) Sargón, el rey a quién Enlil no le dio rival: 5400 hombres tomaban cada día su comida ante él.

... [20]

 

Estas inscripciones muestran claramente una nueva conciencia de la significación del poder y su expansión en el espacio. En primer lugar se mencionan las ciudades sumerias (Uruk, Ur, Lagash y Umma) [21] ; restaura Kish y toma el nombre de "rey de Kish", (ciudad llave de los dos ámbitos diferenciados de predomino etnolingüístico); se asegura la llegada de los barcos de Magan, Meluhka y Tilmun; en Tuttul el dios Dagan le abre las puertas del "país superior", donde vence a Mari, Yarmuti y Ebla, despejando el camino hacia el monte de Plata (el Amanus y tal vez el Taurus) y el bosque de los Cedros (Líbano). Más dudoso, a pesar de lo que se manifiesta en la inscripción, es que Sargón haya subordinado al país de Elam, acción que parece haber llevado a cabo  su hijo Rimush (2278-2270).

Hay una clara continuidad de la actitud belicosa en la dinastía acadia. Rimush, además de sofocar revueltas de ciudades sumerias, enfrenta a  la dinastía de Elam, que desde Awan, dominaba parte del sudoeste de la meseta irania, incluyendo Barakhshi y Zakhara:

...

(XXII 34-56) Rīmuš, el rey de Kiš, desafió en una batalla a Abalgamaš, al rey de Barahši; luego Zahara y Elam se reunieron en el interior de  Barahši para (entablar) el combate, pero él triunfó y mató 16.212 hombres, capturó 4216 prisioneros [… (laguna)…]

(XXIII 1-22) … e hizo prisionero a Sidgau, el vice-rey de Barahši, e hizo prisionero a Sargapi, el vice-rey de Zahara, entre Awan y Susa, en la Rivera Superior, y en el emplazamiento de la ciudad levantó túmulos.

(XXIII 23-57) El venció también a las ciudades de Elam y destruyó sus murallas y [extirpó del país de Elam] la ración de Barahši: [también Rīmuš, el rey de Kiš, ]dominó Elam, Enlil (le) enseño (la ruta), en el tercer año en que Enlil le donó la realeza. En total: 9624 hombres, inclusive los muertos, inclusive los prisioneros. Para Šamaš y Aba, yo juro que esto no es mentira: es absolutamente verdad!  

(XXIV 1-19) Después de esta campaña, él labró una estatua y (la) dedicó a Enlil, (el dios) que le otorgó su amistad. ¡El que quite esta inscripción que Enlil y Šamaš arranquen su razón y (le) quiten su descendencia!.

            (XXIV 20-21) Zócalo, inscripto en la izquierda.

(XXIV 22-48) Quienquiera que quite el nombre de Rīmuš, el rey de Kiš, y coloque su nombre en la estatua de Rīmuš y diga: ‘¡Esta es mi estatua!’ que Enlil, el amo de esta estatua, y Šamaš ¡arranquen su razón y (le) quiten su descendencia!. ¡Que ellos no le den (heredero) varón, que él no se presente delante de su dios!

(XXIV 49-62) Treinta minas de oro, 3600 minas de cobre, seis esclavos hombres y mujeres, los que él venció en Elam y Barahši, eso es lo que trajo y consagró a Enlil.  [22]

 

Se puede visualizar en esta fuente,  no sólo la enorme expansión territorial, sino también los costos para el país enemigo en hombres y bienes, inversamente proporcional al beneficio del conquistador, lo cual es expresivo de la relación asimétrica bajo la cual se estructura la relación centro-periferia.

A su vez Manishtusu (2269-2255), segundo hijo y sucesor realiza una expedición más allá del mar inferior, contra Anshan (Fars) y Shirikhum, accediendo a las "minas de plata" y a la "montaña de piedra negra" (diorita). Mario Liverani plantea que "esta expedición revela que Acad es capaz de extender su influencia mucho más allá de Susiana, y tiene intereses comerciales en la meseta Iraní" [23] . Dice la fuente:

 

(XXVI 29-57) Man-ištūšu, rey de Kiš, cuando conquistó Anšan y Šerihum, hizo que El Mar Inferior fuera cruzado en barcos ... las ciudades de uno y otro extremo del mar, (en número de) 32, se aliaron para la batalla. Pero él salió victorioso y conquistó sus ciudades, mató a sus príncipes [y] eliminó ...accedió a las Minas de Plata.

(XXVI 58-70, XXVII 30-38) De las montañas situadas más allá del Mar Inferior extrajo piedras negras; (las) cargó en barcos y las hizo atracar en los muelles de Agadé.  El labró su estatua (y la) dedicó a Enlil. Por Šamaš y Aba, yo juro que no son mentiras: es absolutamente verdad! [24]

 

Con su nieto Naram-Sin (2254-2218 a.C.), de fama casi tan extendida como la de Sargón, pero de signo opuesto, pareciera que la expansión llega a su máximo, agregando a las anteriores expediciones, la conquista de territorios en el norte  y noroeste (Ebla, Armanum), haciendo realidad el dominio, ahora sí, efectivo, "de mar a mar", expresión manifiesta de la cual es la percepción de tributos:

 

(I 1-II 28) Nunca desde el establecimiento de los hombres, ningún rey entre los reyes había asolado Armanum e Ibla; en ..., Nergal abrió el camino de Narām- Suen, el fuerte, y le dio Armanum e Ibla; le ofreció también el Amanus, la Montaña de Cedros, y el Mar Superior. Y gracias a las armas de Dagān, que exaltó su realeza, Narām- Suen, el fuerte, venció Armanum e Ibla y, desde la orilla del Eufrates hasta Ulisum, el desafió a las gentes que Dagān le donó, y ellos llevaban el canasto de Aba, su dios [25] , y él tenía dominado el Amanus, la Montaña de los Cedros.

(II 29-III 16) Cuando Dagān hubo devuelto el juramento (a favor) de Narām- Suen, el fuerte, y hubo entregado en sus manos a Rīš-Adad el rey de Armanum, y que él mismo hubo amarrado en los montantes de su (puerta de) entrada, él labró su estatua de diorita y (la) consagró a Suen.

(III 17-IV 11) Así  (habló) Narām- Suen, el fuerte, rey de las cuatro regiones: Dagān me ha dado Armanum e Ibla y yo he capturado a Rīš-Adad, el rey de Armanum, entonces labré [mi] imagen [y] yo (la) he consagrado a Suen. ¡Que ninguna persona quite mi nombre! El que sacara mi estatua que se levanta ante Suen y ...!” [26]

 

Al norte y al  oeste, se le agregará el este: el país de Elam en el suroeste de Irán hasta Barahshi:

 

(I 1-III 12) Narām- Suen, el rey de Akkad, que… todo el país del Elam hasta Barahši y el país de Subartu hasta los Bosques de Cedros; además, cuando fue a Talhatum, ese camino ningún rey entre los reyes lo había tomado: Narām- Suen, el rey de Akkad, (lo) tomó, e Inana no le dio rival. Los gobernadores de Subartu y los señores de  las altas regiones trajeron s[u] tributo ante [él]. [...(laguna de seis lineas)...]. Narām- Suen, el rey de Akkad, (lo) consagró a Nin-gubla.

(III 13-IV 7) ¡El que separara la inscripción, que Nin-gula, el amo de esta estatua, y Šamaš arranquen su raíz! ¡Que ellos (le) quiten su descendencia! ¡Que ellos no le den ningún (heredero) varón, que no aparezca [más] ante su dios!  [27]

 

Rastros de la dinámica de expansión territorial en la iconografía sargónida .

La dinastía sargónida no sólo ha dejado fuentes textuales sino una rica iconografía que va puntuando los distintos momentos de expansión político-territorial, a la vez que pone de manifiesto es esfuerzo ideológico de los gobernantes para legitimarse y mostrarse como la continuidad de un proceso histórico. Lorenzo Nigro ha planteado “La ascension de Sargón al trono y la subsecuente sumisión de Mesopotamia a la soberanía acadia fueron acompañadas de una fuerte campaña de propaganda, la primera empresa cultural de ese tipo en ir más allá de los límites de una única ciudad estado, cuyos ecos están reflejados en diversas fuentes. Al ser un usurpador, Sargón dedicó una gran parte de su propaganda a legitimar su autoridad; por un lado, acentuando la continuidad entre el período dinástico temprano y el de soberanía acadia, y por el otro, celebrando la legitimidad religiosa de la realeza acadia. Debido a estos propósitos políticos, el arte pictórico adquirió un rol central en el sistema sargónida de propaganda política. A nivel del arte oficial, los relieves reales se transformaron en un medio funcional para transmitir mensajes ideológicos…” [28] . A partir de este planteo, el autor realiza un detallado estudio de distintas partes de la Estela de Sargón que se encuentran en el museo del  Louvre; en el fragmento Sb 2/6053 muestra, por un lado, la intencional remembranza de la Estela de los Buitres, utilizando la figura del personaje sosteniendo la red, aunque en este caso es Sargón y no el dios Ningirsu quien lo hace, lo que coloca a Sargón en la clásica posición de dios de la ciudad, con la obvias implicancias de suprema autoridad que esto significa. A su vez, se muestra la plena entronización de la diosa Ishtar, diosa guerrera, que, de ser una diosa local habría pasado a ocupar un lugar supremo por su mimetización con la sumeria Inanna. Otra cuestión importante que resalta Nigro, es la iconografía de los cautivos: en la Estela de Sargón no están representados pilas de cadáveres, como en la Estela de los Buitres, sino con las manos atadas y en acto de sumisión. Este cambio estaría indicando que el rey no deseaba matar a quienes aceptaban su soberanía, lo que representa una innovación de esta época: el reasentamiento de cautivos para la explotación de campos de cultivos [29] , situación que se conecta con el vínculo específico ya planteado entre centro y periferia. A su vez, la imagen de un rey humillado frente a Sargón, puede bien representar a Lugalzagesi, lo que, vinculado a los cautivos en la red, iconográficamente representaría a todo el sur sumerio en manos de Sargón.

El segundo gran fragmento es un obelisco (Louvre Sb 1) que intenta representar una serie de mensajes articulados como un programa: dignatarios que rodean al rey, - incluso uno de ellos le sostiene una sombrilla- a la vez que todos dirigen su mirada hacia él como líder. Nigro avanza sobre interpretaciones anteriores, arriesgando que la figura de dos siervos portando objetos, representarían el acarreo de tributo o botín. También aparecen figuras de cautivos, lo que Nigro conecta con la idea del carácter productivo de las guerras de Sargón, en la medida que, el resultado de las mismas no sólo fue la unificación de Mesopotamia bajo su dominio, sino la constitución de una organización socio-política capaz de resolver los problemas socioeconómicos de su ampliación territorial. Plantea el autor: “Así, la representación de hileras de prisioneros amarrados debe considerarse no solo como un claro símbolo de victoria, sino como un rico mensaje visual dirigido al mismo grupo social sobre el que Sargón fundó su poder” [30] . O sea, es una demostración de los beneficios de su gobierno a su propia élite.

El autor considera también que en la época sargónida se establece un patrón iconográfico que conforma una secuencia narrativa con una intención de establecer una historiografía visual, exaltando los logros del monarca. Por último, las imágenes de los resultados de las batallas, con los cuerpos enemigos abandonados a los buitres y los perros, es una cruel y realista representación del destino reservado a aquéllos que no aceptan la autoridad de Sargón.

La expresividad de estas imágenes visuales debieron ser muy efectivas para los habitantes de los territorios en los que se colocaban y en los propios hombres de la dinastía sargónida, con el efecto agregado de que su mensaje supera la duración de los gobernantes que las instalaron.

Mario Liverani comparte la idea de que estatuas votivas, estelas triunfales, epígrafes celebrativos y textos literarios, se utilizan ahora como un auténtico medio de propaganda política. El autor señala varios aspectos: se erigen monumentos votivos en el Ekur de Nippur y en los otros grandes santuarios del país, de Sippar a Ur; las estatuas, sencillas, ponen el acento en la celebración de las hazañas bélicas del rey.  Las estelas triunfales son aún más expresivas. Plantea Liverani: "Si comparamos la estela de Eannatum con la de Naram-Sin, podemos ver que la posición central pasa del dios al rey (con la divinidad reducida a una presencia simbólica). Hasta los soldados victoriosos, que en la figuración protodinástica forman un bloque compacto, expresión de la colectividad ciudadana, en la estela acadia se convierten en individuos singulares dotados de iniciativa -similares al rey aunque más pequeños" [31] . La Estela de Naram Sin lleva a su máxima expresión el estilo figurativo, realista, donde la figura del rey, con un arco y una flecha, y con la cabeza astada se recorta sobre una región montañosa y con bosques, siendo el ejemplo más antiguo del arte mesopotámico con paisaje de fondo [32] . Liverani agrega un dato muy significativo desde el punto de vista de la relación centro-periferia, o sea de la nueva dinámica de las fronteras: "Las estelas de victoria se colocaban  en lugares con valor simbólico especial: o bien en el centro del mundo (es decir, en el santuario de una ciudad), o bien en los confines del mundo (en relieves rupestres esculpidos allí donde el ejército acadio llegaba a un límite natural e infranqueable, más allá del cual no había nada que conquistar". [33] Esto implicaba explicitar figurativamente la consciencia de las características de las fronteras: interna, periferia y el infranqueable más allá.

                                  

Los cambios y su expresión en las fuentes textuales.

Interesa destacar que las acciones político-ideológicas propagandísticas de la realeza sargónida deben haber sido lo suficientemente efectivas como para instalar un nuevo prototipo real en el imaginario colectivo, como se puede inferir de la transformación de las figuras de Sargón y Naram-Sin en legendarias, y un modelo nuevo de realeza que, luego del interregno sumerio de la III Dinastía de Ur, parece haber sido retomado por los monarcas semitas posteriores. Así deja entreverlo la extensa divulgación temporal de la "Leyenda de Sargón", que relata:

 

1. Sargón, el poderoso rey, rey de Agadé, soy yo.

2. Mi madre fue una sacerdotisa en [34] , a mi padre no lo conocí.

3. El hermano de mi padre habita las tierras altas.

4. Mi ciudad es Azupirano, asentada en los márgenes del Eufrates.

5. Mi madre, sacerdotisa en, me concibió, en secreto me dio a luz.

6. Me puso en una canasta de mimbre, con betún sello mi tapa.

7. Me echó al río, del cual no pude ascender.

8. El río me llevó, me condujo hasta Aqqi el aguador.

9. Aqqi el aguador, cuando sumergió su balde, me recogió.

10. Aqqi el aguador me crió como su hijo adoptivo.

11. Aqqi el aguador me designó su jardinero.

12. Cuando yo era (todavía) jardinero, Istar me concedió su amor.

13. Y entonces por [...] años goberné como rey.

14. Al pueblo de cabezas negras, regí y goberné.

15 Con picos de cobre, me abrí camino a través de (las más) difíciles montañas.

16. Escalé todas las altas montañas.

17. Atravesé todas las estribaciones.

18. Las tierras marinas, circundé tres veces.

19. Dilmun se sometió a mí (?)...

20. La Gran Muralla del Cielo y la Tierra (?), yo escalé.

21. [(Sus propias) pi]edras (?), yo arranqué [...]

22. Cualquier rey que surja después de mí,

23. ¡[Que ejerza su reinado por x años]!

24. ¡Que gobierne al pueblo de las cabezas negras!

25. ¡Que se abra camino a través de (las más) difíciles montañas con picos de cobre!

26. ¡Que escale todas las altas montañas!

27. ¡[Que atraviese todas las estribaciones]!

28.¡Que circunde las tierras marinas tres veces!

29. ¡Que Dilmun se someta a él (?)...

30. ¡Que escale la Gran Muralla del Cielo y la Tierra (?)!

31. ¡[Que arranque (sus) piedras ...]!

32. ... de mi ciudad Agadé ...

33. ... como flechas(?) ...

     ... [35]

 

La fuente transcripta, en su mayor parte conocida por copias muy tardías, tres de las cuales provienen de la biblioteca de Assurbanipal en Nínive y una de la antigua Dilbat, ha sido catalogada como literatura narû (palabra asiria cuyo significado es estela), género didáctico que imitaba el estilo de las inscripciones reales [36] . Todo indica, por tanto, que no se trata de una biografía, sino que puede incluirse dentro del género de la leyenda épica, de fuerte valor identitario; la misma, en Mesopotamia parece haber tenido como característica el trastocar personajes reales, en míticos o semidivinos, a la inversa por ejemplo, de las leyendas homéricas, que fueron transformadas en históricas [37] . Los únicos elementos históricos de esta leyenda podrían ser, por un lado, que la ciudad de Agadé no se registra antes en el escenario político de la región; por otro que Urzababa y Lugalzagesi habrían sido contemporáneos de Sargón. No hay más datos fidedignos del origen de Sargón, e incluso su nombre (Šarru-kīnum), que significa literalmente "rey legítimo", parece ser, una autoadjudicación de lo que no era, ya que, como se ha dicho, habría comenzado su ascenso político usurpando el reinado de Kish. Se conocen otros relatos diferentes y posiblemente más antiguos (de la primera mitad del II milenio), en los que su origen remiten al hombre de cuna humilde, al cual su propio valor, y el favor de los dioses hacen engrandecer, tema siempre caro a la imaginación popular [38] . En la Leyenda de Sargón el origen étnico aparece resaltado en la mención a los ancestros "que amaron las colinas" y la referencia genealógica que incluye a los tíos en el relato (miembros importantes del entorno familiar clánico).

Esta fuente expresa, por tanto, el resultado de las deliberadas acciones políticas ejecutadas por la realeza y su élite para lograr una base de legitimidad y consenso en el conjunto de la población, sin la cual, la supervivencia del poder es de extrema fragilidad, en particular tomando en cuenta que la acción de la dinastía sargónida significó la ruptura del equilibrio de los espacios de dominación de los dos grupos etnolingüísticos en contacto: sumerios y acadios.  Como suele acontecer en la historia, su efecto sobre las mentalidades fue más pertinaz que su éxito político ya que una continua sucesión de rebeliones asediaron a Sargón y sus sucesores hasta poner fin a su dinastía [39] .

El aspecto religioso, que los reyes acadios intentaron utilizar para la construcción de una nueva identidad etnopolítica, será, sin embargo un importante factor de conflicto. El mismo llegaría a su máxima tensión con la autodivinización de Naram-Sin, pero estaría ya presente en la supremacía de la diosa Ishtar en el norte -identificada con la sumeria Inanna-, mientras se mantiene la de Enlil en el sur sumerio. La dimensión religiosa tal vez haya que considerarla un factor agravante en "la gran rebelión" que tendrá que afrontar  Naram-Sin (2254-2218 a.C.):

 

Cuando las cuatro partes se rebelaron al unísono contra mi: Kiš, Cutha, Tiwa, Wurummum, Kazallum, Giritab, Apiak, Ibrat, Dilbat, Uruk y Sippar, se rebelaron al unísono contra mi...

.... [40]

Explicar estas rebeliones exclusivamente por un irreductible localismo, como rasgo inmanente de la sociedad mesopotámica [41] , es darle un carácter unilateralmente político al análisis, difuminando de ese modo, la dimensión social, que incluye, en abigarrada trabazón, las relaciones interétnicas, sobre la que hay indicios tenues pero suficientes como para ser considerados.

La ingeniería que intentara la dinastía sargónida forzando la integración política, por sobre la anterior permeabilidad de las fronteras étnicas entre sumerios y acadios, duró tanto como su capacidad de control político sobre el territorio central y la periferia. Es importante señalar que la integración política no es equivalente a integración étnica, e incluso pueden ser realidades opuestas [42] . La recurrencia de las rebeliones, la dificultad táctica para sofocarlas, muestra la precariedad o insuficiencia de la superioridad técnica, militar e ideológica del centro en el período analizado. Los desórdenes interiores serán aprovechados por los habitantes de la periferia (en este caso los montañeses guti, según el relato posterior) para dar por tierra con las pretensiones de unificación étnica, política y territorial de la llanura mesopotámica.

A su vez, la realidad histórica de la periferia suele ser bastante diferente de la representación que de ella se tiene desde el centro. Por un lado es importante pensar que la periferia a la que se logra someter y aún expoliar, llega a un punto de estandarización de las relaciones interétnicas, donde los pueblos intervinientes, si bien en los mensajes propagandísticos son masificados como extranjeros o enemigos [43] , en los más escuetos registros administrativos son reconocidos como pertenencientes a un país o ciudad determinada [44] . Es posible, entonces, pensar, que aún dentro de la asimetría de la relación centro-periferia se establecía un campo de interacción, o un sistema social de relaciones interétnicas [45] , basadas, es claro, en la relación dominación-subordinación, pero en las cuales la capacidad de negociación era variada, explicada por situaciones históricamente perfiladas en la periferia, como acontece en el caso de los elamitas, diferenciados por su aceptada índole estatal.

Por ello no es casual que la tradición historiográfica sumeria posterior atribuya a los guti, los más indómitos habitantes de Kur, el remanente salvaje, incivilizado de la periferia, que nunca pudieron ser sometidos por los acadios, el ser los responsables de la extinción de esta dinastía. Dice la Lista Real Sumeria:

...

157 son los años de la dinastía  de Sargón. Luego ¿quién fue rey? ¿Quién fue el rey? [46]

...

Sigue una larga lista de reyes guteos y   finalmente agrega:

...

 

Luego Agadé fue vencida [47] y la realeza fue tomada por Unug. [48]

...

El poema sumerio “La maldición de Agadé", también conocido como  "El Ekur vengado" -que podría encuadrarse dentro del género de las lamentaciones- en la tradición historiográfica sumeria, atribuye la desaparición de la dinastía de Acad a un designio de los dioses, en venganza por la impiedad de Naram-Sin quien destruye el Ekur, el templo de Enlil en Nippur.

...

100-119 Porque sus súbditos fueron dispersados, comenzó entonces una movilización de sus tropas. Como un luchador que está por entrar al gran patio, él ... sus manos hacia (?) el E-kur. Como un atleta inclinado para comenzar una competencia, trató al giguna como si valiera sólo treinta shekels. Como un ladrón saqueando la ciudad, colocó altas escaleras contra el templo. Para demoler E-kur como si fuera una gran nave, para abrir su suelo como el suelo de las montañas de donde se extraen metales preciosos, para hacerla trizas como a una montaña de lapislázuli, para abatirla, como una ciudad inundada por Iškur. Aunque el templo no era una montaña donde se talan cedros, tenía enormes hachas fundidas, tenía afiladas hachas agasilig de dos extremos para usar contra él. Puso palas contra su base y éste se hundió tan bajo como los cimientos del País. Puso hachas contra su parte superior, y el templo, como un soldado muerto, inclinó su cabeza ante él, y todas las tierras extranjeras inclinaron su cabeza ante él.

...

149-175 Enlil, la tormenta rugiente (?) que somete a toda la tierra, el diluvio creciente al que no se puede enfrentar, estaba considerando que debería ser destruido en respuesta a la destrucción de su amado E-kur. Elevó su mirada hacia las montañas Gubin, e hizo descender (?) a todos los habitantes de las amplias cadenas montañosas. Enlil hizo salir de las montañas a aquéllos que no se parecen a otra gente, que no son considerados  como parte del País, los Guti, un pueblo desenfrenado, con inteligencia humana pero instintos caninos y rasgos de mono. Como pequeños pájaros [49] descendieron en picada sobre el suelo en grandes bandadas. Por Enlil, extendieron sus brazos a lo largo de la llanura como una red para animales. Nada pudo escapar a sus garras, nadie se libró de sus manos. Los mensajeros ya no recorrieron los caminos, los barcos de correo ya no surcaron los ríos. Los Guti hicieron salir las fieles (?) cabras de Enlil  de sur rediles y obligaron a sus pastores a seguirlas, hicieron salir  a las vacas de sus corrales y obligaron a sus vaqueros a seguirlas. Los prisioneros atacaron a los guardias. Los forajidos ocuparon los caminos. Las puertas del País yacieron arrancadas en el barro. Establecieron jardines para ellos mismos. Como si hubiera sido antes de la época en que se construyeron y se fundaron las ciudades, las grandes extensiones de tierras de cultivo no produjeron grano, las extensiones inundadas no produjeron peces, los huertos irrigados no produjeron vino ni almíbar, las densas nubes (?) no descargaron su lluvia, la planta mašgurum no creció.

...

...

245-255 “¡Agadé, que tu hombre fuerte sea privado de su fuerza, de tal forma que sea incapaz de levantar su saco de provisiones y ..., y no tenga la alegría de controlar tus burros superiores; que  yazca sin hacer nada todo el día! ¡Que esto haga que la ciudad muera de hambre! ¡Que tus ciudadanos que comían magnífica comida, yazcan hambrientos en el pasto y la hierba, que tu ... hombre coma la cubierta de su techo, que mastique (?) las bisagras de cuero de la puerta principal de la casa de su padre! ¡Que la depresión descienda sobre tu palacio, construido para la alegría ¡Que los demonios del desierto, el lugar silencioso, aúllen continuamente!

...

272-280 ¡Y ante Utu, aquel mismo día, así fue! Sobre la ribera de su canal, en sus caminos para sirgar, la hierba creció alta. En sus senderos hechos para los carros creció la hierba del luto. Además, en sus caminos para sirgar construidos con sedimento del canal, ... carneros (?) salvajes y vigilantes serpientes de las montañas no permitieron el paso a nadie. En sus llanuras, donde crecía la magnífica hierba, crecieron ahora los juncos del lamento. El agua dulce que fluía en Agadé fluyó como agua salobre. Cuando alguien decidía: “¡Viviré en esa ciudad!”, no podía disfrutar los placeres de una morada. Cuando alguien decidía: “¡Descansaré en Agadé!”, no podía disfrutar los placeres de un lugar de descanso!

 

281 ¡Alabada sea Inana por la destrucción de Agadé! [50]

 

Como se ha señalado, el carácter expansivo del estado, la ampliación de las fronteras etnopolíticas propia de su dinámica durante la dinastía sargónida,  la relación que se ha denominado centro-periferia, sobre la base de adecuar a situaciones del pasado relaciones y experiencias modernas que ofrecen indicios del desenvolvimiento y modalidades del poder, como parte de un proceso de expansión político territorial, en el caso estudiado es una situación móvil, donde el carácter intrusivo del centro, tiene, por un lado, fronteras porosas, y por otro, la periferia y el conglomerado diverso de pueblos que en ella están incluidos, puede erosionar, o incluso desarticular al centro. La caída de la dinastía de Agadé representa la escasa congruencia entre el esfuerzo económico, político, militar e ideológico realizado por los monarcas acadios para gestar el reordenamiento y control del espacio, y las condiciones estructurales de la época que limitaba de manera ineluctable su consolidación. Habrá que esperar más de un milenio para que las formaciones imperiales alcancen una relativa maduración, aunque acechadas siempre por el desequilibrio entre las ambiciones del poder y la resistencia de la realidad a moldearse a sus designios.

 

 

 



[1] Basta mencionar el libro compilado por M. LIVERANI, Akkad, The First World Empire. Structure,Ideology,Traditions, History of the Ancient Near East Studies (HANES) 5, Padua, 1993. Cabe adelantar que no se coincide con la caracterización de “imperio” para la época sargónida.

[2] Ver ALGAZE, G., The Uruk Expansion: “Cross-Cultural Exchange in Early Mesopotamian Civilization”, Current Anthropology 30 (5), 1989 y sucesivos trabajos sobre el tema.

[3] Es una discusión abierta decidir cuándo una organización socio-política adquiere el estatuto de “estado”. Investigadores como M. FRANGIPANE  solapan  estado y urbanización y por tanto lo hace retroceder al IV milenio. Ver de la autora La nascita dello Stato nel Vicino Oriente, Laterza, Roma-Bari, 1996.  En este trabajo se parte de considerar el surgimiento de las dinastías, reveladas por la escritura, como el elemento diagnóstico que acompañado del proceso que se describe, permite fechar a la organización estatal. De todos modos este criterio diagnóstico no es óbice para plantear que el estado, como  institución centralizadora del poder, surgió y colapsó en distintos momentos históricos.

[4] BARTH, F., Los grupos étnicos y sus fronteras, FCE, México 1976 [1969], Introducción.

[5] GELB, I., “Mari and the Kish Civilization”, en YOUNG, G.D., Mari in Retrospect: Studies in honour of the 50 anniversary of the discovery of Tell Hariri-Mari, Eisenbrauns, 1992, pp. 121-202.

 

[6] En las fuentes es posible encontrar el término sumerio dumu (hijo) de la ciudad, por contraposición en determinadas situaciones a lu (uno, un cualquiera), que sería quien no pertenece a la ciudad que se nombra, lo que indicaría esta diferencia entre citadino que se identifica con ella y el foráneo.

[7] No casualmente uno de los conflictos mejor atestiguados, el enfrentamiento entre Lagash y Umma, tiene como principal problema el uso de un canal de riego. Importante análisis de J.S. COOPER, "Reconstructing History from Ancient Inscriptions: The Lagaš-Umma Border Conflict", SANE 2/1, 1983.

[8] Para analizar el tema de la relación entre bienes de prestigio y bienes de consumo el trabajo de Mario LIVERANI Prestige and Interest. International Relations in the Near East ca. 1600-1100 B.C., Sargon SRL, Padova, 1990, contiene un enfoque analítico válido más allá de que el autor refiere a una época posterior a la tratada aquí.

[9] La geografía simbólica mesopotámica instalará al país de Súmer y Acad (Kalam y Uri) en un centro -conocido desde el período Paleobabilónico como Babilonia- en el que se cruzan dos ejes, uno vertical y otro horizontal, que marcan los puntos cardinales respecto del centro y la ubicación en ellos de los extranjeros: al norte Subartu, al sur Súmer (como antiguo referente histórico), el mar inferior  (el golfo arábigo-persa y a través de él la conexión con las distantes tierras de Magan, [posiblemente Omán], Dilmún, [posiblemente Bahrein] y  Meluka, [el valle del Indo]), Elam al este y Amurrum al oeste.

[10] Se está en plena consciencia de que este análisis se basa en una extensión del debate generado en gran medida por los planteos de Immanuel WALLERSTEIN en El moderno sistema mundial. La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI, Siglo XXI, Madrid,1979 (1974), y que los mismos fueron pensados para indagar el proceso de construcción de lo que el autor denominara economía-mundo, asociada al desarrollo del capitalismo como sistema económico. Pero más allá de las apreciaciones críticas, se adhiere plenamente a la observación de Thimoty Champion quien lamenta que Wallerstein haya limitado expresamente el concepto de “sistema mundial” y “economía mundo” a las sociedades modernas y considera evaluar su riqueza metodológica para otras sociedades premodernas. Se comparten estos planteos, -aunque debe adecuárselos al salto cronológico que implica su uso- ya que se considera posible llevar a cabo un análisis desde esa perspectiva, sobre la llanura aluvial mesopotámica y sus áreas vinculares, a partir de la dinastía sargónida. Cfr. CHAMPION, Th. (Ed.), Centre and Periphery. Comparative Studies in Archaeology, Unwin Hyman, London, 1989.

[11] Importantes consideraciones de A. Grimson sobre la efectividad de lo social sobre lo cultural en la determinación de fronteras en "Introducción. ¿Fronteras políticas versus fronteras culturales?", GRIMSON, A. (comp.) Fronteras, naciones e identidades. La periferia como centro, Siccus-La Crujía, Bs. As., 2000, más allá de que su análisis no apunta a las sociedades antiguas.

[12] GARCÍA de CORTÁZAR, J.A.,  "Organización social del espacio: propuestas de reflexión y análisis histórico de sus unidades en la España medieval", Studia Historica. Historia Medieval, Vol VI, 1988; en particular definiciones de p. 196. Se valoriza la riqueza del planteo más allá de que esté pensado para otro espacio y tiempo.

[13] Ver ROWLANDS, M., LARSEN, M. & K. KRISTIANSEN, Centre and Periphery in the Ancient World, op cit. 1987,  en PEREGRINE, P. & G. FEINMAN Pre-Columbian World System, op cit, 1996. Se hace necesario aclarar que no se comparte el "paradigma circulacionista" que algunos arqueólogos e historiadores han sostenido refrescados por posiciones neofuncionalistas. Aquí se entiende la relación centro-periferia como relación dominación-subordinación basada en las necesidades de la ecuación fuerzas productivas-relaciones de producción que definen la formación social, cuyo desarrollo obliga a ampliar el espacio de dominación. Son oportunas en ese sentido las críticas de R.H. McGUIRE en A Marxist Archaeology, Academic Press, New York, 1992.

[14] Es necesario destacar, que hablar de centro y periferia no es lo mismo que hablar de imperios. Esta relación sí es un paso previo -y necesario de mantener-, para lograr el establecimiento de un imperio.

[15] MANN, M., Las fuentes del poder social, I. Una historia del poder desde los comienzos hasta 1760 d.C., Alianza Universidad, Madrid,  1991 [1986], Cap. 5, pp. 194-260, passim. No viene al caso hacer aquí la crítica al sesgo sociologicista del trabajo del Mann,  con limitada base histórica, a veces incluso errónea. Se consideran los aportes conceptuales que se evalúan operativos.

[16] LIVERANI, M., El Antiguo Oriente. Historia, sociedad y economía, Crítica, Barcelona 1995 [1991], cap. 8: "El imperio de Akkad", p. 200.

[17] Se utliliza la traducción de SOLLBERGER, E. y KUPPER, J.-R. (Dir.) Inscriptions royals sumeriennes et akkadiennes, Les editions du cerf, Paris, 1971, pp 97-98, IIA1a Tablillas de arcilla (copias de inscripción monumental). Bilingüe. (La traducción de los autores sigue la versión acadia [columnas pares], en tanto la versión sumeria se da en notas, que aquí se han omitido. El fragmento traducido corresponde a la col. IV, entre líneas 1-35. Se ha reemplazado la traducción "ciudadanos", por habitantes (también se empleará "citadinos"), para evitar toda connotación comparativa con las ciudades-estado griegas y su concepto de polis.

[18] Aage WESTENHOLZ, en su trabajo "The Old Akkadian Empire in Contemporary Opinion", después de referirse a la titulación de Sargón y su relación con Nippur y los dioses sumerios, plantea, en p. 110,  que "On the more mundane level, he appears to have left most of the defeated rulers of the Sumerian cities in their old positions, only they were made responsible to him. Apparently, he only interferes slightly in the matter of local administration". En LARSEN, M.T., op cit. 1979. A su vez, en ese mismo párrafo, remite a nota 16, en la que hace referencia al tema del mantenimiento de los gobernantes locales y señala que bajo Sargón "Even Lugalzagesi himself may have been reinstalled as ensi of Umma by Sargon. Published and unpublished texts from Umma and Zabala are dated to Lugalzagesi, years 1-7 and 29-30.", p. 120. Más allá de sus importantes aportes, el autor no discute el carácter de "imperio" del período acadio.

[19] The Sumerian King List, Electronic Texts Corpus of Sumerian Literature (ETCSL) 2-1-1.

[20] IIA1b Tabletas de arcilla. Bilingüe. SOLLBERGER, E. & J.-R. KUPPER, op.cit. p. 99.

[21] Como la inscripción a la que se viene aludiendo proviene de una copia del período Paelobabilónico en Nippur, no existen testimonios fehacientes acerca de la fecha real de esos acontecimientos y Thorkild JACOBSEN se ha postulado a favor de un fechamiento relativamente tardío. En "Early Political Development  in Mesopotamia", ZA 52, 1970b (1ra. ed. 1957), pp. 91-140.

[22] IIA2d Tablillas de arcilla . Acadio, SOLLBERGER, E. & J.-R. KUPPER, op.cit. 1971, pp. 102-103.

[23] LIVERANI, M., op. cit.,  1995 [1991], p. 198.

[24] IIA3b Tableta de arcilla y fragmentos de piedra. Acadio, SOLLBERGER E. & J.-R. KUPPER, op. cit. 1971, p. 104.

[25] Según el autor esto implica que ellos cumplían la prestación personal (corvea) para Aba.

[26] IIA4e Tablillas de arcilla (copias de inscripciones sobre estatua). Acadio, en SOLLBERGER, E. & J.-R. KUPPER, op. cit. 1971, pp. 107-108.

[27] IIAA4d, tablilla de arcilla (copia de inscripción sobre estatua). Acadio, en SOLLBERGER, E. & J.-R. KUPPER, J.-R., op. cit. 1971, pp. 106-107.

[28] NIGRO, L., "The two Steles of Sargon: Iconology and Visual Propaganda at the Beginning of Royal Akkadian Relief", Iraq 60, 1998, Introducción, p. 85. Del mismo autor "Visual Role and ideological Meaning of the Enemies in the Royal Akkadian Relief", en Jiri PROSECKÍ (Ed.) Intellectual Life of the Ancient Near East (Papers presented at the 43rd Rencontre assyriologique internationale, Prague, 1996), Prague, 1998. También KUPPER, J., "Les inscriptions triomphales akkadiennes", Oriens Antiqus 10, 1971, pp. 91-106.

[29] Cuestión señalada, entre otros, por B. FOSTER, en "Managemente and Administration in the Sargonic Period", en la compilación de  M. LIVERANI, Akkad, the Fisrt World Empire, op. cit., 1993, pp. 25-30.

[30] NIGRO, L, op. cit. 1998ª, p. 98.

[31] LIVERANI, M, op. cit. 1995 [1991], pp. 208-210.

[32] La Estela de la victoria de Narm-Sin fue encontrada en Susa, llevada allí como botín por los elamitas, como la Estela de Sargón y el Código de Hammurabi. Representa la victoria de Naram-Sin sobre Satuni, rey de la tribu Lullubi que habitaba la parte central del O. de Irán. Ver NIGRO, L., "Per un´analisis formale dello schema compositivo della Stele di Naram-Sin", Contributii e Materiali de Archeologia Orientale 4, 1992, pp. 61-100.

[33] LIVERANI, M, idem supra, p. 210. Negrillas de la autora. Las estelas reales eran producidas en varias copias y enviadas a distintos centros del dominio, como ha sido demostrado por fragmentos idénticos encontrados en Nasiriyah y Khafaje. Ver HAUPTMANN, R., "Ein akkadzeitliches Reliffragment aus Hafagi", MDOG 123, 1991, pp. 149-156.

[34] La palabra acadia  utilizada es ēnetu , que B. LEWIS, en su obra The Legend of Sargon: A Study of the Akkadian Text, American Schools of Oriental Research Dissertation Series, 4,Cambridge, 1980, pp. 32-34, identifica como una forma particular de ēntum y la asimila a los términos sumerios NIN:DINGIR y EN, sin establecer una traducción precisa tomando en cuenta la diferencia de las titulaciones en distintas localidades. S. VITKUS arriesga la posibilidad de que fuera una sacerdotisa sobre la que pesaba la prohibición de tener hijos, razón por la cual habría abandonado en un cesto a Sargón. Ver del autor, "Sargon Unseated", Biblical Archaeologist 39, 1976, pp. 114-117.

[35] "The Birth Legend of Sargon", en WESTENHOLZ, J.G., Legends of the Kings of Akkade. The texts, Eisembrauns, Winona Lake, Indiana, 1997.

[36] WESTENHOLZ, J.G., "Heroes of Akkad", JAOS 103, 1983, PP. 327-336. También en la obra citada supra.

[37] ANDIÑACH, P., "Estudio de la leyenda Acádica de Sargón",  Orientalia Argentina, Vol. XI, 1994, p. 70

[38] COOPER, J.S. & W. HEIMPEL, "The Sumerian Sargon Legend", JAOS 103, 1986, pp. 67-82. En ETCSL 2.1.4, "The Sargond Legend", se encuentra también la transliteración y traducción de la versión sumeria de la misma.

[39] Es claro que las rebeliones son la expresión dramática de los problemas sociales y contradicciones internas generados por las guerra permanentes con su correlato de exacciones tributarias, desorganización de las familias, introducción de cautivos, abandono de campos, hambrunas, pestes, etc.

[40] Traducción de un fragmento de un texto literario de proveniencia desconocida, presentado en p.7 por S. TINNEY en su artículo "A new Look at Naram-Sin and the 'Great Rebellion' ", JCS, Vol. 47, 1995. Tinney realiza, en este trabajo, una reflexión metodológica con la que se acuerda, acerca del valor historiográfico de las obras literarias, que no está en la verdad histórica, sino en las razones por las cuales se transmite un mensaje con particulares connotaciones, como éste referido a las rebeliones. El autor compara distintas versiones de los mismos acontecimientos, en los que aparecen variaciones, en este caso, en las listas de ciudades que se rebelan contra Naram-Sin. Debe tenerse en cuenta, también el planteo de Benjamin FOSTER, que en su artículo "Naram-Sin in Martu and Magan", en Annual Review of the Royal Inscriptions of Mesopotamia Project, Vol. 8, 1990, analizando la inscripción de Naram-Sin conocida como "the Jena Text", sostiene que, "When more evidence becomes avaiable, the bundle of tradition known as the 'general insurrection' may have to be broken into different episodes that were commemorated with similar terminology and so have been telescoped already by the Old Babylonian Period", p. 42.

[41] Thorkild JACOBSEN, en su artículo "Iphur-Kīshi and His Times", aparecido Archiv für Orientforschung XXVI, 1978-79, aprovechando los nuevos materiales publicados por A.K GRAYSON y E.  SOLLBERGER (L´insurrection générale contre Narām-Suen, RA 70, 1976, también utilizados por Tinney), insiste en su posición contraria a identificar conflictos interétnicos y apuesta a la intención de Iphur-Kīshi a reivindicar la independencia de Kish. Un ejemplo más reciente de esta posición contraria a identificar conflictos étnicos, a pesar de las nuevas perspectivas relacionales aplicadas actualmente, es el de Norman YOFFEE, quien niega esa posibilidad en su trabajo "Political Economy in Early Mesopotamian States", Annual Review of Anthropology, Vol 24, 1995, p. 290 y ss.

[42] Procesos contemporáneos de convivencia étnica, como el caso de la ex Yugoeslavia, advierten sobre las dificultades de mantener la tolerancia étnica cuando el sustento político de la integración se derrumba y nuevos ingredientes intervienen desorganizando lo que hasta ese momento parecía una convivencia que incluso fomentaba los matrimonios interétnicos.

[43] Es importante recordar que así como no existía un concepto abstracto de ciudadano, tampoco lo había para extranjero. Ya se ha señalado la diferencia entre dumu (hijo) y la cláusula genitiva x (hombre de tal lugar) para marcar las diferencias de connotación emocional, el primero como perteneciente a, el segundo como "un tal".

[44] Como analiza B. FOSTER, en su artículo "Ethnicity and Onomastic in Sargonic Meopotamia", op. cit. 1980, pp. 297-254. 

[45] A pesar de lo dificultoso de utilizar categorías pensadas para sociedades contemporáneas a sociedades antiguas, algunas de ellas ayudan a orientar la investigación. Así por ejemplo el concepto de Cardoso de Oliveira de sistema social de carácter interétnico permite analizar las relaciones interétnicas en diversas formas de articulación social, que incluyen la articulación interétnica, pero también, por ejemplo, la relación urbano-rural, en marcos definidos que permiten introducir perspectivas totalizadoras. Ver CARDOSO DE OLIVEIRA, R., Etnicidad y estructura social, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Ed. De la Casa Chata, Tlalpan, México D.F.,  1999, cap. 3, p. 61 y passim.

[46] La traducción de ETCSL 2.1.1. aclara que en otro registro puede leerse: "¿Quién fue rey? ¿Quién verdaderamente fue rey?"

[47] La traduccción que se sigue aclara otra lectura alternativa: "Luego el reino de Agadé fue abolido".

[48] Unug es una lectura alternativa a Uruk.

[49] En otra traducción se dice que "cubrieron la tierra como langostas", lo que lo hace más impactante como imagen, considerando que se trata de una sociedad agraria. Ver S.N. Kramer La Historia empieza en súmer, AYMA, Barcelona, 1978 (lra ed. Inglés 1956), p. 304

[50]   "The cursing of Agade", ETCSL 2.1.5.

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